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El Efecto Mozart

El Efecto Mozart

Puede que alguna vez hayas oído hablar acerca del llamado “Efecto Mozart”, pero… ¿sabes realmente de qué se trata?

El efecto Mozart se hizo realmente popular en la década de los 90, gracias a la publicación del libro de Alfred Tomatis “¿Por Qué Mozart?”

Los seguidores de este fenómeno declaran que escuchar música clásica, sobre todo si es de Mozart y si se comienza desde edades tempranas, va a provocar el aumento en los niveles de inteligencia de nuestros pequeños, además de otro tipo de capacidades. ¡Incluso cuando se encuentran todavía en el vientre de su madre!

Pero se debe tener en cuenta una cosa: no toda la música de Mozart produce estos efectos. La Sonata para Dos Pianos en Re Mayor o los Conciertos para Violín 3 y 4 son los que mayor incidencia tienen ya que poseen una frecuencia más alta.

En 1993 se realizó uno de los estudios más populares acerca de la supuesta subida en el nivel intelectual gracias al efecto Mozart: fue llevado a cabo por Gordon Shaw y Frances Rauscher.

En sus investigaciones se dieron cuenta de que en ciertos tests de inteligencia había una pequeña elevación de la puntuación al escuchar durante 10 minutos música de Mozart.

Gracias a esta breve exposición se conseguía un mejor razonamiento espacio-temporal. Sin embargo, se señaló que ello no se traducía en un incremento del coeficiente intelectual, además de que este efecto duraba sólo unos 10 minutos.

Estos estudios revelan que sí que hay algo de verdad en esto, pero hay que decir que los beneficios de escuchar este tipo de música se han exagerado un poco.

Algunos de los beneficios del Efecto Mozart

Por supuesto que escuchar música clásica puede resultar beneficiosa, pero ligado sobre todo a la salud emocional como, por ejemplo:

  • Para reducir el malestar psicológico.
    • Escuchar música produce un efecto muy significativo en nuestro organismo.
    • Además, está demostrado que determinados estilos de música producen efectos muy diferentes.
    • Por un lado, la música «grunge» induce a aumentos significativos en la hostilidad, tristeza, tensión y fatiga.
    • Por otro lado, la música pop, rock, la música vieja y la clásica nos ayuda a sentirnos más felices y optimistas, amigables, relajados y tranquilos.
  • Mejorar las funciones cognitivas. La investigación científica respalda la idea que dice de que unir la música con el ritmo y el tono mejora el aprendizaje y la memoria.
    • De esta forma, si un niño tiene que aprender el abecedario, lo va a hacer de manera más rápida y eficiente si lo hace con música que si lo hace sin ella.
  • Desarrollar la motricidad. La música implica al baile y el baile implica al movimiento. De esta manera, hay una estrecha relación entre la música y el movimiento.
    • La motricidad mejora de manera significativa cuando empleamos la música en el desarrollo de movimientos de control del propio cuerpo, así como en la realización de bailes y coreografías.
    • Para los pequeños, relacionar música y movimiento mejora no solo la motricidad gruesa y fina, sino también el control y dominio voluntario de toda la musculatura corporal, responsable del movimiento en todas las acciones cotidianas.
  • O facilitar la adquisición de habilidades sociales, entre otros objetivos.
    • La utilización de música en lugares de afluencia de público mejora la empatía y las relaciones sociales, ya que, el efecto relajante que produce escuchar música afecta de manera significativa en la idea de que relacionarse socialmente es una tarea más sencilla que si se hace sin ella.

Además, la musicoterapia es efectiva para reducir los síntomas de trastornos mentales como la depresión, la demencia o la esquizofrenia, y también para disminuir el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares.

Muchos expertos afirman que el efecto Mozart se debe a la euforia que provoca alguna de sus obras, además de por la detección de un aumento en la activación cerebral cuando se escucha.  

La combinación de estos dos factores ha hecho posible que exista una mejora de las funciones cognitivas a corto plazo.

¡Qué los Bebés escuchen música siempre es beneficioso!

Es posible hacer que tu bebé escuche música clásica aun estando dentro del vientre: hay muchos padres y madres que deciden colocar auriculares alrededor de la barriguita para comenzar con la estimulación.

Esto siempre será positivo para su desarrollo posterior. Está demostrado que el bebé se relaja también una vez nacido, y además le ayuda a conciliar el sueño y descansar toda la noche.

Todos estos beneficios, entre otros, lo comparten con nuestro método Polyglot Home de Baby Brain, con el que la combinación de lo anteriormente citado, podrán aprender idiomas de una forma natural y divertida.

Lo natural es que hablen idiomas
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